Dice el refrán popular que sobre gustos no hay nada escrito, pero hay algunas propuestas decorativas sobre las que no cabe discusión: son una mala idea.
Todos nos equivocamos alguna vez, pero en decoración te pueden salir muy caros. ¿Te gustaría pasar años descansando en un salón en el que no te sientes cómodo o soportando un color de pared demasiado llamativo? Entonces ten cuidado con no cometer alguno de estos errores.
- Todo al blanco… o derroche del color
- Los muebles, cuanto más grandes mejor
- Quedarse corto en iluminación
- Pensar que tu casa no tiene remedio porque no tienes presupuesto
- Abarrotar la habitación de fotos y recuerdos personales
No quieres que tu casa parezca un hospital ni una carpa de circo. Lo ideal suele estar en un punto intermedio, en el que se mezclan colores neutros con otros vivos. Si no eres muy habilidoso mezclando colores olvídate de mezclas arriesgadas, como pintar cada habitación de un color distinto.
Es fácil dejarse llevar por la primera impresión en la tienda. Puede que esa mesa te haya encantado, pero corres el riesgo de quedarte sin habitación. Nunca vayas a comprar sin las medidas de tu estancia y un plano, aunque sea sencillo, con la disposición actual.
De nada sirve tener unos muebles y unos cuadros preciosos sin apenas se ven en un día nublado. Combina los puntos de luz del techo con lámparas que aporten luz ambiente o directa (para leer o coser, por ejemplo).
Algunos inmuebles se han quedado anclados en el tiempo porque sus dueños consideran que nunca es el buen momento para invertir en una nueva decoración. Con todas las ideas de decoración DIY que hay en la actualidad eso no es excusa. Una capa de pintura o unos textiles nuevos pueden hacer milagros.
Cuando tienes demasiados marcos, accesorios y figuritas a la vista lo único que consigues es no apreciar ninguna de ellas. Limita su número y busca una disposición adecuada, aunque tengas que guardar alguno de ellos en un cajón. Esto te dará la oportunidad de renovar tu colección cada cierto tiempo.