La pintura de pizarra es un material original y versátil con el que puedes cambiar el aspecto de muchas habitaciones.
Sin complicaciones, solo con un poco de tiempo e imaginación, la pintura de pizarra alegra cualquier espacio. El color más habitual es el negro pero también hay otros tonos disponibles. Y con ayuda de unas tizas parecerá distinta cada día.
En la cocina
La lista de la compra, los compromisos de la semana, el menú del día… ¿te imaginas las cosas que puedes apuntar en tu pared de pizarra?
La pintura de pizarra queda genial sobre la pared o sobre un mueble de madera, sobre todo si es de estilo rústico o industrial.
Habitaciones infantiles y juveniles
Se acabó reñir a los niños porque manchan o pintan las paredes. ¡Ahora podrás animarles a ello!
La pintura en estos dormitorios se puede aplicar en toda una pared, o en un espacio delimitado para crear una pizarra como la del cole. Vendrá genial para que hagan sus tareas y para que dibujen en sus ratos de juego.
En estudios y oficinas
La pintura de pizarra es muy práctica en las salas de estudio y los despachos caseros. Con ella se pueden crear planificadores y calendarios. También sirve como un espacio donde escribir ideas, o dejar volar la imaginación con dibujos y esquemas.
Sobre accesorios
La pintura de pizarra se puede aplicar sobre objetos de uso diario: tazas, macetas, jarrones, bandejas… Sobre los vasos va genial en las fiestas porque puedes personalizar la bebida de cada invitado.
Este tipo de pintura puede necesitar algunos retoques si escribes sobre ella con mucha frecuencia. Recuerda que estás escribiendo sobre tu pared, por eso es importante que uses tizas que no dañen la superficie.