Cubreradiadores vs Baldas: La mejor opción en cada caso

Siempre hay un dilema cuando tenemos un radiador en un lugar que se ve. Principalmente, porque menos para aquéllos afortunados que cuentan con radiadores bonitos, de fundición, el resto tenemos radiadores “feos” que no nos gustan. Al final, “estropean”, en mayor o menor medida, todo el cuidado que ponemos a la hora de decorar un espacio. Es obvio que cuidamos cada pequeño detalle para que el resultado sea el mejor posible, entonces, ¿cómo no va a suponer un problema el tener un elemento tan poco estético como un radiador en el medio?

Hoy vamos a repasar dos de las opciones que más se utilizan a la hora de “camuflar” radiadores en decoración: baldas y cubreradiadores. Ambas tienen sus pros y sus contras, obviamente. Lo cierto es que depende mucho del tipo de decoración, presupuesto, y acabado final que tengamos en mente. Además (y ésto es una de las mejores cosas), una cosa no excluye a otra. Es decir, en casa tenemos tantos radiadores que nos molestan, que realmente podemos pensar en aplicar ambas soluciones. En realidad, todo dependerá de nuestras necesidades, ¿verdad?

cubreradiadores o baldas

Para saber si en tu caso es más interesante un cubreradiador o una balda, lo mejor es pararse un momento y pensar en necesidades y presupuesto. En ocasiones, podremos empezar por una simple balda, aunque finalmente optemos por cubrir el radiador con el tiempo. Nuestros gustos y necesidades van cambiando, y de esa forma, la casa deja de ser un lugar estático que siempre está igual.

Conseguir que nuestra vivienda sea confortable es el objetivo final de cualquier renovación o amueblamiento. Si un radiador nos “molesta” lo mejor es pensar en cómo integrarlo en la decoración y que no suponga un problema en el proyecto final de nuestra casa. Baldas o cubreradiadores, ahora tan solo nos queda pensar qué nos vienes mejor… ¿No os parece?

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