Los tonos neutros son los colores más elegidos en cuanto a tapizados de sofás. Pero hay infinitas posibilidades más allá del gris o el beige. Tu sillón puede ser vibrante o atrevido si te atreves a salirte de lo convencional.
Bien combinado, un sofá colorido alegrará el espacio sin necesidad de agregar mucho más al ambiente. Mira estos ejemplos y descubre cómo combinar estas piezas.
- Verde
- Rosa
- Amarillo
- Rojo
El verde es un color relajante, natural y también lujoso si buscas un tono más oscuro y profundo. Con el verde la relajación es casi inmediata.
Nuestro consejo es que busques un sofá verde esmeralda. Es una de las tendencias del momento, pero además es un color discreto como para resistir bien el paso del tiempo y las modas.
Si al pensar en un sofá rosa te imaginas en una habitación infantil, es que no has visto los últimos modelos en estos tonos.
El rosa pastel es suave, alegre y discreto, además de versátil. Te irá muy bien si buscas un ambiente natural y desenfadado.
Pero si quieres aportar carácter, un tono fucsia es el ideal. Solo con esto ya habrás conseguido que la habitación vibre, por lo que es necesario añadir mucho más. Decora el resto en tonos neutros o blanco.
¿Te parece difícil decorar con amarillo? No lo es si lo combinas con gris, blanco o negro.
El amarillo es ideal si quieres cargar de energía el ambiente. Si esto te parece demasiado, prueba con un tono mostaza. Verás que resulta más sutil sin perder carisma.
¿Lujoso? ¿Pasional? ¿Exótico?
El color rojo admite múltiples interpretaciones, según el tejido que selecciones y cómo lo combines.
En un ambiente clásico, el rojo es suntuoso. En un loft, el rojo es moderno y juvenil. Si lo tuyo son los viajes y las culturas lejanas, prueba a combinar el sofá con cojines estampados y complementos de todo tipo.
Como ves, hay vida más allá del gris, el beige y el marrón. ¡Abre tu salón a nuevos colores y te sorprenderás del resultado!
