Divertida, cómoda y fácil de organizar. Estas son las principales características que debería reunir un cuarto de juegos para contentar a pequeños y grandes.
Tener una habitación destinada solo al ocio de los niños permite que estos jueguen a sus anchas, mientras vosotros disfrutáis de vuestro espacio de relax en el salón o el comedor.
¿No tienes una habitación que dedicar a este fin? Siempre puedes reservar un rincón en otra estancia o en el propio cuarto de los niños. En cualquier caso es importante que tengan un espacio en el que dar rienda suelta a su imaginación.
- Diseña una habitación que crezca con el niño. A la hora de elegir colores y mobiliario hay que mirar hacia el futuro y no quedarse solo con las necesidades del momento porque los niños crecen a una velocidad de vértigo. En algunos casos puede ser necesario incorporar una librería, una mesa de trabajo o un armario extra para ropa.
- Incorpora soluciones de almacenaje. Conservar el cuarto de juegos ordenado puede ser todo un reto, y más si no hay espacio suficiente para guardar los juguetes. No deben faltar estanterías bajas, cajones, baúles o cestas para recogerlo todo al final del día. Si además necesitas algo de espacio extra para ti, coloca estanterías alta que los niños no puedan alcanzar.
- Aporta calidez con una alfombra o moqueta. A los niños les encanta jugar en el suelo y es importante que estén siempre aislados del frío. Una alfombra o moqueta es casi obligatoria en esta habitación, pero eligiendo siempre las que sean de más fácil limpieza.
- Da rienda suelta al color. En las habitaciones infantiles puedes permitirte usar colores que en otras zonas de la casa no elegirías, aunque siempre con moderación para no terminar haciendo mezclas recargadas. El blanco combina con todo, por lo que siempre puedes tomar ese tono como base en los muebles y después agregar color con un sofá, unas sillas, las cortinas, una alfombra…
